Noticias de Arquitectura


Puig i Cadafalch se tiró a la piscina
junio 2, 2009, 3:47 am
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La reforma de Sant Miquel de Terrassa suprime la restauración del arquitecto

JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS – Barcelona – 01/06/2009

El arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch es autor de edificios barceloneses tan destacados como la Casa Amatller, el Palau Macaya y la Casa de les Punxes, que siguen despertando admiración. También restauró numerosos edificios medievales. Durante años excavó y rehabilitó el conjunto de iglesias formado por Santa Maria, Sant Miquel y Sant Pere de Terrassa. En Sant Miquel identificó un baptisterio de época visigótica y, al restaurar el edificio, decidió reconstruir, en el centro, una piscina octogonal como la que él creyó que se utilizó a partir del siglo IV para bautizar a los nuevos cristianos. Puig i Cadafalch se equivocó.

La Dirección General de Patrinonio la Generalitat ha sido quien ha enmendado la plana a Puig i Cadafalch. En una nueva restauración se ha eliminado la piscina al no encontrarse en las investigaciones indicios de que hubiera existido nunca. Así, el edificio ha perdido el significado de baptisterio; un uso que Puig utilizó en su tesis de que el arte románico catalán era un estilo nacional sin conexiones con el del resto de España, pero que la arqueología niega ahora. Los últimos trabajos apuntan una función totalmente contraria del edificio: fue un mausoleo.

El conjunto de los tres edificios fueron desde el siglo IV la sede del obispado de Egara. «La construcción de las primeras catedrales provocó la desaparición de este tipo de edificación de principios del cristianismo que en Terrassa se ha mantenido», afirma el arquitecto Alfred Pastor, responsable de la restauración. Explica que la decisión de suprimir la intervención de Puig i Cadafach fue «meditada y dura de tomar». Y añade: «Sé que puede suscitar polémica, pero las evidencias arqueológicas, geológicas y arquitectónicas no apuntaban a que el edificio fuera un baptisterio».

Este arquitecto del Servicio de Patrimonio Arquitectónico de la Generalitat ha coordinado un equipo multidisciplinar para devolver el aspecto original a Sant Miquel. Se ha exhumado un deambulatorio oculto alrededor del edificio, se han abierto dos de las puertas de acceso originales; se han restaurado las pinturas y el pavimento de opus signinum (cal, arena y sílice), se han limpiado las celosías y eliminado el cemento rápido que Puig i Cadafalch usó entre los sillares. En el lugar que ocupaba la piscina, se ha colocado una losa cuadrangular de mármol travertino flotante. «Una intervención reversible», subraya Pastor.

Los trabajos realizados en Sant Miquel (con un presupuesto de 400.000 euros) se incluyen en el plan director aprobado en 1998 por el Ayuntamiento de Terrassa y la Generalitat para restaurar los tres edificios y hacer visitable el conjunto. Tras la rehabilitación de Santa Maria, sólo falta intervenir en Sant Pere. En aquélla el problema, según Pastor, fue hallar el equilibrio entre arquitectura y restos arqueológicos. Se ha colocado un suelo de láminas de madera que deja ver las construcciones anteriores, sobre todo cuando se ilumina la parte inferior. Esto permite celebrar la liturgia con normalidad.



Dos arquitectos sorianos reconstruyen una ciudad china de 500.000 habitantes
abril 14, 2009, 3:40 am
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Maqueta para la ciudad china. | Cedida por Ruiz BarbadinMaqueta para la ciudad china. | Cedida por Ruiz Barbadin
  • Los hermanos Ruiz Barbarin, planifican la restauración de uno de los templos de Baotuo

Pocas personas en el mundo podrán caminar por las calles de una ciudad de 500.000 habitantes y decir «todo esto lo diseñé yo». Los arquitectos Antonio y Javier Ruiz Barbarin pueden hacerlo cada vez que visitan la población china de Baotou, en la provincia de Mongolia Interior.

Hace años la ciudad quedó prácticamente arrasada por un terremoto al que sólo sobrevivieron los 11 templos, de otras tantas religiones, con que cuenta esta urbe. Por este motivo, las autoridades chinas decidieron plantear una reforma total del urbanismo, una decisión que se vio impulsada por la implantación de una gran factoría industrial en las proximidades de la misma.

Los hermanos Ruiz Barbarin se encontraban por aquel entonces trabajando en Ávila para un contratista de la ciudad china de Shanghai que le invitó a participar en el concurso para elaborar el llamado ‘máster plan’ que daría origen a la nueva Baotou. Finalmente, la adjudicación se decidió entre la empresa que los hermanos descendientes de Ágreda (Soria) formaron hace dos años y un equipo de arquitectos alemanes. Según explicó Antonio Ruiz Barbarin, «allí las cosas se han hecho muy rápido, llegamos incluso a recorrer la ciudad decidiendo qué edificios se tirarían y cuáles se iban a salvar». De esta criba únicamente se respetaron los templos y el resto de la ciudad se diseñó desde cero.

Hace años la ciudad quedó prácticamente arrasada por un terremoto al que sólo sobrevivieron los 11 templos

El proyecto para planificar unos 13 kilómetros cuadrados de superficie fue desarrollado por un equipo de 25 personas que tuvieron que diseñar los espacios adaptándose a los gustos de la cultura china. Una labor que luego sería desarrollada más profundamente por los arquitectos locales. «Nosotros preparamos el diseño general de toda la ciudad y luego ellos la dividieron en partes que fueron adjudicadas a profesionales de allí para que completasen nuestro trabajo», explicó Ruiz Barbarin.

El proyecto dirigido por estos dos agredeños no pretendió crear una ciudad unitaria, cortada por el mismo patrón, sino que se intentó que el resultado final sacase a la luz toda esa serie de energías diferentes y superpuestas. Por lo que, formalmente, el resultado presentado a las autoridades del país asiático es la confrontación entre tres nuevos paisajes urbanos.

En el primero se realizó con lo que quedaba de la zona histórica de la ciudad. En el segundo sector se planificó al estilo de una ciudad contemporánea, y el tercero, el más abierto, se diseño teniendo en cuenta una máxima de libertad de los crecimientos urbanos modernos como objetos independientes sin solución de continuidad para el futuro.

El proyecto de los hermanos Ruiz Barbarin es hoy por hoy una realidad que se encuentra inmerso en su construcción. La propia ciudad de Boutao será el escenario para el siguiente reto que asumirán estos agredeños en tierras chinas. Actualmente estudian acometer la restauración de alguno de los 11 templos que sobrevivieron al terremoto. «Estamos buscando cuál de ellos tiene mejores posibilidades arquitectónicas para iniciar el diseño», afirmó.

Javier y Antonio Ruiz Barbarin.Javier y Antonio Ruiz Barbarin.

Profetas en su tierra: Los hermanos Ruiz Barbarin no sólo han emprendido la aventura en oriente sino que también han trabajado en proyecto de gran envergadura en España y Soria. A nivel nacional, destacan sus intervenciones en la rehabilitación del Banco de España en Cáceres, que pronto albergará la sede de la Consejería de Economía y Hacienda, o el edificio Torre España en Madrid, en el que están reformando el interior.

En la provincia de Soria, estos dos agredeños se han encargado de proyectos como el nuevo edificio de viviendas ubicado detrás de la iglesia de San Juan de Rabanera o el pabellón de usos múltiples ubicado en la dehesa de su localidad de origen.

Aunque llevan desde los siete años residiendo fuera de Ágreda, se sienten muy vinculados a ella puesto que sus hermanas y sus padres nacieron allí. Primero los estudios y después sus carreras profesionales les llevaron fuera de la Villa de las Tres Culturas. «Estudiamos en Madrid. Javier comenzó colaborando con una ONG y yo, nada más terminar la carrera, conseguí un puesto como profesor en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid», explicó Antonio.

Hace ocho años, ambos decidieron formar equipo e iniciar una carrera empresarial conjunta ubicando su sede en Madrid. Actualmente, su empresa esta formada por un grupo de 11 arquitectos comandado por ellos que continúa con proyectos en China y España. Curiosamente, la situación de crisis en el sector de la construcción nacional les llevó a mirar al mercado asiático y a buscar nuevos proyectos fuera de nuestras fronteras. Una decisión que les ha llevado a diseñar una ciudad entera en la que vivirán y trabajarán medio millón de personas.



A debate, la arquitectura en los centros históricos
octubre 31, 2008, 11:49 pm
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■ Crearán un decálogo internacional

Ana Mónica Rodríguez

La incorporación de la arquitectura contemporánea en los inmuebles históricos será el punto a discernir en el séptimo Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos que se realizará del 27 al 29 de octubre con la participación de 11 expertos provenientes de España, Italia, Brasil, Cuba y México.

El Museo Franz Mayer será sede de los trabajos, que encabezarán especialistas en urbanismo y arquitectura de América y de Europa, quienes reflexionarán sobre la creación de espacios para el diálogo constructivo, así como la delimitación de criterios de arquitectura contemporánea y vanguardista incorporada, en especial a los centros históricos, sin romper con las visuales y perspectivas imperantes.

La conferencia inaugural estará a cargo de Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, con el tema La arquitectura de nuestro tiempo en el espacio heredado. Resalta también la participación del arquitecto Teodoro González de León –galardonado recientemente con la medalla de oro de la Unión Internacional de Arquitectos–, iniciador de la vertiente “nueva arquitectura” en México, y creador de edificios como el Auditorio Nacional, El Colegio de México y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.

También participará el especialista español Guillermo Vásquez Consuegra, quien destaca por su participación en obras de rehabilitación de la Hacienda de Santa Ana, en Sevilla, y acreedor al Premio Nacional de Arquitectura Española, en 2005.

Después de este encuentro internacional será elaborado un decálogo, el cual aglutinará todas las conclusiones, que servirán de guía para futuros proyectos no sólo en México, también en otros países.

Ana María Lara, arquitecta del INAH y coorganizadora, dijo que el decálogo servirá cada vez que se pretenda construir un nuevo edificio en alguno de los centros históricos del país, los cuales están en constante transformación.

La arquitectura posee tres aspectos que permiten plantear el debate: el rotundo contraste de edificaciones agradables a la vista, pero sin consecuencias con la sociedad ni con la morfología de la ciudad. El segundo tiene que ver con la arquitectura contemporánea, mientras que el tercero, apunta a los llamados pastiches –imitación de varios estilos en una misma obra– que surgen repentinamente, así como edificaciones que los especialistas definen como kitsch, identificadas como neocoloniales y neoporfirianos, que pretenden integrarse a los contextos históricos.



Cubren con falsa fachada inmueble artístico
febrero 8, 2008, 3:14 am
Filed under: Arquitectura Mexicana, Restauración

La remodelación de la antigua sede del INI modifica ejemplo de arquitectura funcionalista; solución contra el ruido, dicen

Sonia Sierra y Juan Solís
El Universal
Jueves 07 de febrero de 2008

cultura@eluniversal.com.mx

Ni la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes —Teresa Franco—, ni el director de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas —Luis H. Álvarez— han respondido a las cartas enviadas por la arquitecta Margarita Chávez de Caso, quien con su esposo Alejandro Caso creó en 1963 el edificio que fue sede del Instituto Nacional Indigenista.

El inmueble es objeto, desde 2006, de una intervención que altera el sentido original de la obra, considerada pionera por el estilo de su fachada.

A diferencia del Super Servicio Lomas, construido en 1948 por el arquitecto Vladimir Kaspé y donde se iba a levantar la polémica Torre Bicentenario, en esta ocasión el Instituto Nacional de Bellas Artes —encargado de custodiar los monumentos del siglo XX— no detuvo y sí avaló los trabajos en una obra que aunque no cuenta con una declaratoria de monumento artístico, sí está incluida —como el edificio de Kaspé— en la Relación del INBA de inmuebles con valor artístico y en otros catálogos arquitectónicos.

Doce millones de pesos ha destinado en la presente administración la CDI a las obras de remodelación del antiguo edificio del INI. Las reformas internas, concebidas para dar más espacio a las bóvedas de conservación de los distintos acervos de la CDI, serán de carácter permanente, no así la doble fachada —creada según la Comisión para aislar del ruido—, que tendrá que ser retirada en cuatro años, por recomendación del INBA.

El plazo corresponde a la vida útil del material con que fue construida la falsa fachada blanca que ostenta en la actualidad este edificio, emblemático de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX en México.

El inmueble, dice la arquitecta, fue pionero, fue el primero que se construyó en México con cemento y agregados de mármol blanco en la fachada, un tipo de acabado que se inventó en nuestro país y que, posteriormente, fue característico de la arquitectura nacional durante la segunda mitad del siglo XX, con representantes tan diversos como Abraham Zabludovski y Teodoro González de León.

Si bien, Chávez de Caso recuerda que tras la visita de su hijo a la delegación Álvaro Obregón con miras a averiguar cómo y por qué se habían otorgado los permisos, las obras se pararon al día siguiente, el INBA dio el visto bueno a la intervención a finales de octubre del año pasado.

Hay razones de peso político, estima el arquitecto Víctor Jiménez, quien exalta el uso en la obra del concreto martelinado que abrió una tendencia en la arquitectura. “Cuando vi el revestimiento que le pusieron dije parece cartón, una máscara que abarata su arquitectura. Por esos mismos días veo que defienden el edificio de Kaspé que no tiene nunca la misma importancia y la contradicción me molesta. Creo que el INBA mide con dos varas: usa la dura cuando se trata de bloquear un proyecto del gobierno del DF, y usa la vara blanda cuando el encargado del edificio es un santón del PAN, Luis H. Álvarez. La inacción del INBA, en el fondo, es porque no se quiere pelear con el PAN”.

La arquitecta recuerda que la construcción de aquella obra en los años 60 representó “una acción de un valor intelectual increíble”.

“Se estaban cambiando muchas cosas de la arquitectura que se construía en ese momento en la ciudad y en el mundo, que era el funcionalismo. El edificio recupera los espacios, las proporciones, elementos de la arquitectura tradicional en México convirtiéndola en expresión de vanguardia”.

El año pasado, hace aproximadamente seis meses, tras enterarse de la intervención, ella escribió una carta a la titular del INBA, en este 2008 hizo lo propio con Luis H. Álvarez. En las cartas les decía que no entendía por qué se recubría el edificio con tablarroca. “Le decía (a Luis H. Álvarez) que me parecía que había asuntos más importantes para la Comisión que estar modificando un edificio que ya estaba construido y funcionando… Pero no he recibido ninguna explicación o respuesta”.

Y aunque reconoce que la Comisión no viola ninguna ley expone que el vacío está en la legislación cultural:

“Precisamente no existe ninguna ley que proteja la arquitectura contemporánea, la de la segunda mitad del siglo XX”.

Chávez acota que aunque no hay daños irreversibles, espera que se eche atrás. Y respecto al recurso de la tablarroca como aislante dice: “No es un argumento, la tablarroca no es más aislante del ruido que el concreto mismo”.



Un museo de Valladolid, premio de Restauración
noviembre 24, 2007, 9:07 pm
Filed under: Pais, Restauración

M. J. DÍAZ DE TUESTA – Madrid – 22/11/2007

La rehabilitación y ampliación del Museo de Escultura de Valladolid no era un trabajo fácil. Se trataba de un edificio del siglo XV y había que actuar sobre un conjunto arquitectónico integrado por la capilla, parte del histórico Colegio de San Gregorio y el edificio de las Azoteas. En 2004, los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano ganaron el concurso público e iniciaron esta obra que no para de darles alegrías. La última, ayer, el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2007, dotado con 30.000 euros -ya fue finalista de los prestigiosos premios FAD de Arquitectura de este año-.

«Cada vez que se actúa sobre un edificio histórico es un reto. Una cuestión importante es decidir los elementos que tienes que restaurar y cuáles pueden admitir una respuesta contemporánea», declaraba ayer Nieto tras conocer la noticia. Que los elementos ya existentes y los nuevos no chirríen es una cuestión de sensibilidad, que según ella consiste en que «los edificios nuevos no sean una agresión para el histórico y que la arquitectura contemporánea se note». Nieto y Sobejano, que comparten estudio, lugar y año de nacimiento (Madrid, 1957) están ahora inmersos en otra rehabilitación, la del Museo San Telmo en San Sebastián, que estrenarán antes de fin de año.

El Ministerio de Cultura también concedió ayer el Premio Ciudades Patrimonio de la Humanidad 2007. El primer galardón recayó en Sevilla por la renovación en el entorno de la Catedral y del Archivo de Indias, y el segundo premio en Ibiza por la recuperación de la ciudad fortificada de Dalt Vila.



ARCHITECTURE ET POLITIQUE • La Rome du Duce
octubre 4, 2007, 6:01 pm
Filed under: Italia, Restauración

Dans son désir de bâtir des monuments à la gloire de l’Empire et du fascisme, Mussolini a laissé un patrimoine que l’on commence à redécouvrir.

Chaque année, des millions de touristes se rendent à Rome. Ils y viennent en quête de la Ville éternelle décrite dans leurs guides ou parce qu’ils veulent visiter la capitale mondiale du catholicisme. A moins qu’ils ne soient à la recherche de la Rome romantique, celle d’Anita Ekberg batifolant dans la fontaine de Trevi dans La Dolce Vita ou d’Audrey Hepburn sillonnant les rues sur une Vespa dans Vacances romaines. La Rome qu’ils découvrent est effectivement digne d’un décor de cinéma, un décor créé et arrangé pour un film tourné il y a plus de soixante-dix ans. Ce film, c’était le fascisme, et son créateur, metteur en scène, scénariste et acteur principal n’était autre que Benito Mussolini. Le Duce était obnubilé par Rome, tant par la ville du point de vue géographique que par le symbole historique qu’elle représentait. Il voulait que ces concitoyens s’imprègnent de romanité. “Rome est notre point de départ et notre référence, avait-il déclaré. Nous rêvons d’une Italie romaine, c’est-à-dire sage, forte, disciplinée et impériale.” Après avoir consolidé son pouvoir en 1926, Mussolini entreprit d’imiter les “formidables bâtisseurs” de l’Antiquité. Si les faisceaux de licteur sont l’emblème officiel du fascisme italien, la pioche est assurément son symbole informel. Très soucieux de son image, le dictateur aimait tout particulièrement se faire photographier une pioche à la main, les manches retroussées et en bretelles. Il n’hésitait pas à tomber la chemise et à exhiber son torse musclé. Mussolini considérait l’aménagement de la ville et de l’Empire comme les deux faces d’une seule et même médaille (une médaille à son effigie, bien sûr). Il a même appelé sa campagne de grands travaux “la guerre que nous préférons”, amenant certains historiens à penser que le fascisme italien aurait pu aspirer à un avenir pacifique. Ils ont tort. Pour les fascistes, un chantier de construction était toujours l’antichambre d’un champ de bataille.
Pendant vingt ans, Mussolini a fait pratiquement tout ce qu’il a voulu. Et il a d’abord commencé par abattre. Les démolitions furent en effet tout aussi importantes que les constructions, ce qui explique pourquoi la Rome d’aujourd’hui ne ressemble en rien à la Rome des années 1920. Il s’est attaqué aux immeubles d’habitation populaires qui cernaient les grands monuments classiques jusqu’à les rendre invisibles. Mussolini parlait de “libérer” les ruines de Rome. “Tous les monuments se dresseront dans leur nécessaire solitude, proclamait-il. Tels de grands chênes, il faut les débarrasser de toute l’obscurité qui les entoure.” Son premier chantier fut relativement modeste. A Largo Argentina, en plein centre, on rasa des ruelles médiévales pour mettre au jour quatre temples datant de la République romaine (509-27 av. J.-C.). Les fouilles laissèrent une place en contrebas, aujourd’hui condamnée et encerclée par un terminus d’autobus particulièrement animé. Même par une belle journée ensoleillée et malgré les coquelicots écarlates poussant parmi les pierres, cette place me paraît triste et mal-aimée, à l’exception peut-être de la colonie de chats errants mais bien nourris qui y ont élu domicile.
En 1929, Mussolini établit son quartier général au Palazzo Venezia, à quelques encablures de Largo Argentina.C’est de son balcon, étrangement exigu, qu’il haranguait les foules rassemblées sur la place juste au-dessous. Discours et spectacles formaient le ciment du régime politique. Mussolini se chargeait des discours ; ses architectes du spectacle. Ils tracèrent une grande ligne droite, du balcon jusqu’au Colisée, rasant tout ce qui se trouvait entre les deux. Ils ont ainsi créé un boulevard monumental, la Via dei Fori Imperiali, initialement appelée Via dell’Impero, avec d’un côté les Forums impériaux, de l’autre le Forum républicain. Des statues d’empereurs illustres montent la garde de part et d’autre de la chaussée, mais il suffit de jeter un coup d’œil sur leur socle pour s’apercevoir qu’elles datent du calendrier fasciste, l’an X n’étant autre que 1932.

En face de la colonne de Trajan, quatre grands mâts noirs portent en guise de décoration des aigles romaines, des têtes de loup et des faisceaux de licteur, dont on a cependant pris soin de décapiter les haches qui dépassaient. Comme pour tous les grands travaux de Mussolini, la Via dell’Impero avait de multiples objectifs : “libérer” les monuments de la Rome antique (même si on recouvra plus de ruines qu’on n’en avait libéré) ; améliorer la circulation ; supprimer les quartiers insalubres ; chasser les habitants des taudis, qui étaient loin de correspondre à l’idéal fasciste ; montrer le dynamisme du fascisme et procurer au régime un imposant champ de manœuvres. “Quand on veut envoyer un signe fort pour exprimer à la fois le conformisme et l’unité, qu’y a-t-il de mieux que de faire défiler tout le monde en chemise noire et au pas de l’oie le long d’une avenue rectiligne ?” lance l’architecte et historienne Flavia Marcello. “Les monuments servaient d’arrière-plan aux parades militaires, tel un décor de films de Cecil B. De Mille.” Les pioches de Mussolini ont continué à œuvrer jusqu’à la fin des années 1930. En plus de remanier le cœur antique de la ville, du Circus Maximus au théâtre de Marcellus et de l’arc de Constantin à Largo Argentina, les autorités ont percé une deuxième grande artère, traversant cette fois le vieux quartier entre le Vatican et le Tibre. La nouvelle Via della Conciliazione, qui a radicalement changé les abords de la place Saint-Pierre, est très large et très droite, exactement comme ce qu’aimaient les fascistes – et les Romains. C’est une rue terne et ennuyeuse, qui annule l’effet que voulait donner le Bernin au XVIIe siècle à la place elliptique qu’il avait dessinée face à la basilique Saint-Pierre. Ce sculpteur et architecte souhaitait en effet ébahir tous ceux qui découvraient la plus grande église du monde depuis les rues étroites qui l’entouraient. Aujourd’hui, c’est une impression que l’on ne peut que obtenir si l’on arrive par ce qui reste du quartier médiéval de Borgo Pio.

Dans les années 1930, Rome était méconnaissable

Dans les années 1930, les visiteurs parlaient d’une ville radicalement transformée au point d’être devenue méconnaissable, où “des quartiers entiers” avaient disparu “presque sans laisser de traces”. Les milliers de personnes qui vivaient autrefois dans le centre de la ville n’étaient, pour leur part, pas si impressionnées. Relogées sans ménagement à la périphérie – dans ce que Mussolini présentait comme des logements sociaux d’un genre nouveau en plein air et au soleil –, elles se sont retrouvées dans des borgate qui ressemblaient davantage à des cités défavorisées qu’à d’idylliques bourgades de campagne. “Les gens furent déracinés et placés dans des clapiers en béton sur des routes poussiéreuses au milieu de nulle part, rappelle Flavia Marcello. Il n’y avait aucun moyen de transport les reliant à la ville. Nombre d’entre eux étaient de petits artisans qui habitaient juste au-dessus de leurs ateliers. Ils avaient donc perdu à la fois leurs moyens d’existence et leur foyer.”
Pendant ce temps, Mussolini et Antonio Munoz, son infatigable urbaniste, lançaient l’un de leurs projets les plus ambitieux. Entre la Via del Corso et le Tibre, ils firent déblayer puis aménager une place entièrement nouvelle, la Piazza Augusto Imperatore, dont le point central était l’Augusteo, le mausolée de l’empereur Auguste. Deux côtés de la place furent marqués par des immeubles de bureaux massifs, dans le plus pur style fasciste. Le troisième était occupé par une église du XVIIe siècle, San Rocco all’Augusteo. Sur le quatrième côté, près du fleuve, le dictateur italien voulait reconstruire le légendaire Ara Pacis (autel de la paix) d’Auguste, mais les fragments de l’autel étaient enterrés dans le sous-sol inondé d’un palais à quelque distance de là. S’ensuivit alors une course effrénée pour déterrer lesdits fragments. On fit appel à des techniques innovantes, en congelant 600 mètres cubes grâce à l’injection de dioxyde de carbone liquide à travers 55 tuyaux. L’autel fut ensuite reconstitué et installé sur son nouvel emplacement au cours de “l’Année augustéenne”, en 1937-1938, qui célébrait le 2 000e anniversaire de l’illustre empereur.

Mussolini a bien failli ne pas arriver à ses fins. Il inaugura en effet l’Ara Pacis le 23 septembre 1938, dernier jour de l’Année augustéenne. La place n’était que pur objet de propagande, un modèle d’art politique qui cherchait à rassembler les trois Rome (romaine, pontificale/catholique et fasciste) et à présenter le Duce comme le nouvel Auguste. En réalité, ce fut un échec. Placer côte à côte les créations de la Rome antique et du fascisme, au lieu de montrer leur continuité, n’a fait que souligner le gouffre séparant les deux époques. “Le Duce semblait perdu face à l’empereur”, a écrit l’historien de l’architecture Spiro Kostof dans les années 1970. Les ouvrages d’Auguste sont grandioses, tandis que les éléments fascistes de la place sont ternes, prétentieux, grossiers et massifs. Après la guerre et la chute du fascisme, Rome s’est comme figée dans le temps. Il n’y a plus eu aucune construction dans le centre-ville pendant plus d’un demi-siècle. Le premier projet à être approuvé fut l’édification d’un pavillon muséal pour abriter l’Ara Pacis (à l’origine, le pavillon fasciste devait être une solution provisoire). C’est ainsi qu’en 2005 l’architecte américain Richard Meier a inauguré sa “boîte blanche”, claire et spacieuse, et a renversé d’un seul coup l’effet de propagande de la place. Là, sous le regard de tous, deux rangées d’architecture moderne se font face devant la dépouille de l’empereur Auguste : d’un côté, le style fasciste, massif et dominateur, et de l’autre, l’élégant “modernisme international” lancé notamment par des réfugiés qui avaient fui le fascisme.
“L’architecture est le plus grand de tous les arts”, a affirmé Mussolini. Il est certain que tout ce qui a été construit durant sa dictature est loin d’être laid ou de mauvaise qualité. De nombreux bâtiments publics et privés, plus ou moins intéressants, ont surgi d’un bout à l’autre de la ville, dont la population a doublé entre 1921 et 1941. Un peu partout dans Rome, on peut encore voir la marque de l’architecture fasciste sur les façades de brique rouge aux fenêtres entourées de travertin. La poste de la Via Marmorata, dans le quartier de l’Aventin, une partie du campus de l’université La Sapienza et la Maison de l’escrime de Luigi Moretti (aujourd’hui fermée au public) au Foro Italico sont des exemples de bâtiments remarquables construits sous le Duce. A la différence d’Hitler, Mussolini a encouragé au départ plusieurs styles architecturaux. Ce n’est que vers le milieu des années 1930, comme le note l’auteur et historien Borden Painter, après la conquête de l’Ethiopie et la déclaration du Nouvel Empire fasciste par Mussolini, que s’est accentuée “la pression en faveur d’un style plus monumental et impérial”.
Mais une visite de la Rome fasciste ne saurait être complète sans de brèves excursions au nord et au sud de la ville, pour se rendre sur les terrains de jeu de Mussolini. Dans le haut de la Via Flaminia, un autobus mène au complexe sportif de la ville, appelé aujourd’hui Foro Italico mais à l’origine Foro Mussolini. Il fut l’un des hauts lieux du fascisme italien, de l’immense obélisque à l’entrée, où sont gravés les mots “Mussolini” et “Dux”, à l’étonnante avenue pavée de mosaïques noir et blancs illustrant des scènes mythologiques, des athlètes grecs, des aigles romaines ou encore de gigantesques “M” et des “Duce”. Des avions de guerre y sont également représentés, ainsi que des soldats tirant à la mitrailleuse juchés sur des camions. C’est une histoire du monde version fasciste sous forme de bande dessinée, qui commence par les origines mythologiques de Rome et se poursuit à travers l’éducation physique et l’“endurcissement” du pays, pour culminer avec la guerre et la conquête. Le même message apparaît sous différentes formes de chaque côté de l’avenue, où les dates importantes de l’époque fasciste sont gravées sur deux rangées de blocs de marbre blanc. Le dernier bloc reproduit la totalité de la proclamation du Nouvel Empire de Mussolini. Non loin de là, on aperçoit le très kitsch Stadio dei Marmi, d’une capacité de 20 000 places, dont la piste est entourée de 60 statues d’athlètes nus offertes par les différentes villes et provinces italiennes. Le Foro Italico est une véritable machine de propagande d’avant l’ère du numérique. L’énorme obélisque est actuellement en cours de restauration, et il sera intéressant de voir si les autorités conservent ses inscriptions avec le nom du dictateur. Après la Cité universitaire et la Cité du sport, Mussolini entreprit la construction de la Cité de l’Exposition universelle (EUR), à quelques stations de métro du Colisée. EUR, ou E42, est l’acronyme d’Esposizione Universale di Roma, sorte de foire mondiale du fascisme qui aurait dû être organisée en 1942 mais qui fut annulée pour cause de guerre. Aujourd’hui, des constructions modernes, essentiellement des immeubles de bureaux, ont envahi les lieux.

Carolyn Lyons
Financial Times



Villa Chávez creó una arquitectura a la medida del hombre: García Oropeza
May 1, 2007, 5:09 pm
Filed under: México, Restauración

Patricia Carbajal

Notiecos/Colima.- El libro Gonzalo Villa Chávez, arquitecto, restaurador y acuarelista editado por el gobierno de Colima, a través de la Secretaría de Cultura, el Gobierno de Jalisco y Ecos de la Costa fue presentado ayer en la noche en la Pinacoteca Universitaria ante un público impaciente por conocer más de Gonzalo Villa Chávez.
El coordinador del proyecto, Luis Ignacio Villagarcía comentó que realizar este libro, llevó muchos años porque se recopilaron fotografías, dibujos, testimonios y escritos del mismo Villa Chávez, además se pidió la colaboración de personas que conocieron a Gonzalo Villa Chávez, como arquitecto, promotor cultural, maestro y como el extraordinario ser humano que era.
En su turno, el escritor y amigo del arquitecto Villa Chávez, Guillermo García Oropeza, recordó; ”Gonzalo fue egresado de la primera generación de arquitectos salidos de una escuela que el entonces gobernador de Jalisco, Jesús González Gallo decidió abrir en la Universidad de Guadalajara, para que su hijo no tuviera que irse a estudiar fuera del Estado”.
Para este proyecto se importaron siete arquitectos: tres Italianos, dos alemanes, un español y un austriaco, que siempre tuvo cara de niño cantor, el talentoso Erich Coufal.
Dirigida por Ignacio Díaz Morales, la escuela de Arquitectura de la UdeG surge en 1949, el director era un hombre tan severo, que el día que se casó fue a dar clases. Tenía una visión, formar arquitectos cultos, conocían de letras, de música pero además les daban una materia que fue la que marcó gran parte de la formación profesional de Gonzalo Villa Chávez, Geometría descriptiva.
Matías Geritz, rector de este estilo de arquitectura, es un representante muy claro de la escuela humanista de Arquitectura, de hombres de renacimiento, y eso mismo es lo que Gonzalo vino a traer a la escuela de Arquitectura de la Universidad de Colima, el rescate y restauración de edificios y casas. Crear una arquitectura a la medida del hombre.
Gonzalo, -agregó Guillermo García Oropeza- tuvo la suerte de conocer Italia, vivió en Venecia, sufrió el síndrome de Stendhal, amaba Italia, Venecia, adoraba el cine italiano, su pasión por la restauración, la elegancia y lograr hacer con un mínimo las cosas.
García Oropeza mencionó: “pero se regresó, yo tengo dos teorías sobre eso: creo que Gonzalo extrañó el pozole, es una, y la otra es que pienso que como ya estaba en la edad casadera quiso casarse con una mexicana porque las italianas eran muy mandonas.
En Guadalajara, Gonzalo Villa Chávez restauró varias obras: El museo regional, El Palacio de Gobierno de Jalisco que data el edificio original del siglo XVIII, La Iglesia de Santo Tomás, la Biblioteca Iberoamericana, La escuela de Música, Las fuentes de La Liberación, conocida como la plaza de las dos copas y muchas más.
Gonzalo Villa Chávez conoce a Alejandro Rancel Hidalgo y lo invita a trabajar a Colima, lo presenta con Humberto Silva Ochoa, entonces rector de la Universidad de Colima en ese tiempo, y se viene a fundar la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Colima. De la cual han salido grandes y buenos arquitectos. Gonzalo tenía demasiados talentos, era un excelente restaurador, acuarelista, dibujante, arquitecto, pero era muy apático, se borraba así mismo, tanto que se pasó la vida borrándose, hombre introvertido, silencioso y vulnerable, nació para que lo quisieran. Su gran amigo Alberto Isaac lo invitó a participar en la película Mujeres insumisas en la que actuó de galán de cine mudo, porque no se le entendió lo que dijo.
Fernando González, quien envió su texto y una disculpa por no poder asistir, escribió: “Gonzalo Villa Chávez era uno de los mitos de la escuela de Arquitectura de Guadalajara, recuerdo la primera vez que lo vi, pude comprobar todos esos mitos, era un hombre fuerte sin ser absoluto, vigilante de los detalles, su voz era como un susurro distintivo y pausado. Conversar con él era siempre un aprendizaje y un placer. Dedicar la vida a la restauración como él lo hizo es un acto de humanidad, no hay alardes ni influjos, los valoró con la inteligencia de un hombre bueno, entregado y sapiente, hombre noble y maestro de la vida”.
Por su parte el ex alumno de Don Gonzalo, Gabriel Gómez Azpeitia, dijo: “haber estado tan cerca en la preparación del libro es como verlo con todos los defectos de elaboración, pero para quienes tuvimos el gusto de compartir y conocer a Gonzalo Villa Chávez, vamos a valorar mucho este libro. Es un libro muy completo, tiene todos los elementos necesarios para un acercamiento, incluye entrevistas, que le realizó Marina Saravia, algunos textos del mismo Gonzalo publicados en la revista Palapa, que editaba la escuela de Arquitectura, aportaciones de Juan Soriano, Manuel Felguérez, la caricatura de Alberto Isaac, fotografías facilitadas por Gabriela, Fernanda y Andrés, planos y dibujos de su propia mano.
En su exposición, Gómez Azpeitia destacó la importancia al trabajar en la reconstrucción de su vida como arquitecto, hacer un análisis exhaustivo de cuáles son los principios que fundamentaron su obra. El respeto por el patrimonio edificado, el compromiso que tenía con las causas sociales, construir espacios dignos donde habitar, la responsabilidad que tenía de crear la calidad de vida y del medio ambiente, el rescate de obras como La Petatera que ahora es un hito y candidato a patrimonio nacional, el conocimiento de sus obras arquitectónicas, su trabajo en la restauración y construcción de casa, capillas, templos y el recinto en el que nos encontramos,
La Pinacoteca Universitaria en la cual conjunta dos grandes oficios: restaurador y arquitecto. Gabriel Gómez Azpeitia concluyó: desde el 2000 extrañamos su sonrisa, su mirada generosa y su actitud.
Para finalizar el rector universitario, Miguel Ángel Aguayo extendió un reconocimiento a la labor del coordinador del libro: Luis Ignacio Villa García y se comprometió a regalar un ejemplar de la obra a cada uno de los alumnos y docentes de la Facultad de Arquitectura para que tengan conocimiento de un gran hombre, Gonzalo Villa Chávez.