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Paulo Mendes Da Rocha, premio Pritzker de Arquitectura 2006 y autor del proyecto de ordenación del campus
junio 24, 2007, 1:28 pm
Filed under: Mendes Da Rocha, Vigo

El arquitecto brasileño firma el convenio para ordenar la ciudad universitaria viguesa.

Sandra Penelas / VIGO

Paulo Mendes da Rocha (Vitoria, Brasil; 1928) señala al fotógrafo cómo el campus se inclina a sus espaldas. «Es el desastre», exagera. La Universidad le encargó la ordenación de esta pequeña ciudad en desnivel y él imaginó una serie de pasarelas metálicas que extenderán sobre el aire la cota 460, donde se encuentra el Edificio Miralles, y que unirán las facultades. «Su función no será transportar, sino convivir», explicó ayer en Vigo, donde asistió a la firma del convenio para la segunda fase de la obra.
– ¿Recibir el Pritzker una vez concebido este proyecto le añadió un mayor grado de responsabilidad?, ¿ha realizado alguna modificación desde entonces?
– La responsabilidad siempre la hubo. Me quedé sorprendido por el premio, al que no se concurre. Fue una felicidad, pero mi posición no cambia en relación a la Universidad. Alberto Gago y Domingo Docampo estuvieron conmigo durante la ceremonia de entrega en Estambul y eso me hizo muy feliz. Más que cambiar, he adecuado el proyecto a la realidad de la Universidad poco a poco.
– ¿Cómo se integrarán sus pasarelas con los edificios de otros arquitectos de relevancia como Enric Miralles?
– Acompañarán la historia brillante de esta institución, que siempre supo ampararse de arquitectos que comparten sus altos ideales humanos. La Universidad es la más bella expresión de la esperanza en el futuro.
– ¿Cómo surgió la relación con Vigo?
– Fui demandado para ordenar un territorio que supone un gran problema desde el punto de vista topográfico. La cota de los 460 metros estaba agotada y sólo quedaba el abismo, un terreno muy frágil y con grandes problemas de desmoronamiento. No podía continuar así y presentamos la hipótesis de expandir en el espacio esta horizontalidad que permita la convivencia, cuya falta es una de las más graves consecuencias de la situación actual.
La convivencia debe existir porque el principal conocimiento es el del otro. Será una ciudadela en el espacio. Además las calles podrán atravesar en altura la actual circunvalación o cualquier otro vial para que el campus se expanda en el futuro. He tenido la colaboración de Alfonso Penela y de otros técnicos locales. No se ha importado nada extraordinario. Este proyecto tiene la cara de Vigo.
– Usted ha diseñado pasarelas metálicas de doce metros de anchura sobre pilares colocados cada sesenta metros que, asegura, se integrarán perfectamente en el paisaje. Una idea que parece ambiciosa y casi contradictoria.
– Tan contradictorio como que un instrumento de cuatrocientas toneladas sea capaz de volar o un navío de hierro fluctúe. La mayor contradicción es el propio origen del ser humano. Hay que saber contradecir con la excelencia. La mayor estupidez es intentar buscar una definición para la arquitectura, pero una de las más interesantes consiste en decir que su objetivo es hacer que la técnica brille.
– Las pasarelas han causado recelos entre algunos miembros de la comunidad universitaria pues temen por su seguridad ante las inclemencias
meteorólogicas.
– Al contrario. Las pasarelas abrigarán a los pensadores de la lluvia. La Universidad debe ser una casa amable, como la materna. Debe amparar a la juventud, hacer que la enseñanza sea deseable. Ser una seducción.
– ¿Cómo definiría usted el urbanismo de Vigo?
– Es una ciudad maravillosa y eternamente inacabada. Los arquitectos no resolvemos definitivamente, sino que amparamos la imprevisibilidad de la vida humana.
– Toda ciudad que busque cierta proyección internacional presume hoy de un edificio o proyecto emblemático firmado por un arquitecto de prestigio. ¿Es una simple moda o comparte esa concepción?
– Esta presencia de la arquitectura que se ve en todo el mundo es el resultado de la idea de la construcción de la paz.
– ¿Existe el riesgo de que sea una simple moda que ignore las verdaderas necesidades de los habitantes?
– Es posible que se explote la arquitectura para hacer comercio, pero sólo lo que es bueno puede degenerar. Es lo mismo que ocurre con la fruta cuando madura.
– Vigo ha encargado uno de esos proyectos estrella al francés Jean Nouvel, que reformará el puerto.
– No lo conozco. La sustitución de antiguas instalaciones fabriles, industriales o portuarias que se quedan obsoletas es común en todo el mundo. La ciudad nunca está terminada, eso es lo maravilloso. Jamás tendríamos que reconstruir ciudades que fueron bombardeadas, sino que es la propia vida la que cambia. Somos nosotros los que nos transformamos y necesitamos nuevas expresiones.
– ¿Es posible un mismo diseño para diferentes ciudades?
– Todos son variantes del mismo proyecto.