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La Bienal de Venecia ha concedido el León de Oro a la carrera del creador del Museo Guggenheim de Bilbao, Frank Gehry, por ser ‘el arquitecto vivo que ha demostrado más claramente cuán maravillosa y productiva puede ser la experimentación’.
El jurado de la Bienal de Venecia del Arte, de la Arquitectura, del Cine, de la Danza, de la Música y del Teatro explicó en un comunicado que ‘lo que no pueden comprender muchos de quienes admiran sus formas sinuosas y el abrazo lleno de luz de su espacio es que la base de esas formas no son pura intuición, sino años de experimentación’.
Por su parte, el jurado de la XI Mostra Internacional de Arquitectura, que se celebrará del 14 de septiembre al 23 de noviembre, ha destacado también que Gehry (Toronto, 1929) fue ‘uno de los primeros grandes arquitectos que ha cambiado el diseño con ayuda del ordenador’.
Además, la Bienal aseguró que ‘Frank Gehry ha transformado la arquitectura moderna’ y ‘la ha liberado de los confines de la escayola y de las constricciones derivadas de las prácticas habituales de la construcción’.
La Bienal de Arquitectura ha decidido también entregar el León de Oro Especial a James Sloss Ackerman, historiador estadounidense de Arquitectura del Renacimiento.
Ackerman (1919) ‘es uno de los estudiosos que han creado la historia moderna de la arquitectura fundada sobre una aproximación sistemática de todas las fuentes escritas y visuales’, informó en otro comunicado dicha organización.
Terra Actualidad – EFE
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Hosteleros europeos distinguen el hotel alavés de Marqués de Riscal
O. M. 23/10/2007
El espectacular hotel Marqués de Riscal, en la localidad alavesa de Elciego, diseñado por el arquitecto Frank O. Gehry, ha sido estimado como la mejor contribución «de arquitectura hotelera en Europa» por el jurado del premio Villegiature, galardón que cada año otorga un grupo de periodistas franceses, corresponsales extranjeros radicados en París y prestigiosos hoteleros.
El edificio de Ghery compitió, entre otros, con dos nuevos establecimientos de la cadena Palace: Fouquet’s, en París y el New York Palace, de Budapest. El hotel Eden, en Roma, ganó como «mejor hotel».
Desde que el Marqués de Riscal se inauguró en octubre de 2006 ha sido un imán para turistas de todo el mundo, incluida la famosa pareja formada por Angelina Jolie y Brad Pitt. Ellos se debieron quedar entusiasmados con la visita, el pasado junio, porque acaban de declarar que buscan casa en Europa. Y España, junto con Italia y Francia, son sus candidatos favoritos. «Por su calidad de vida».
I. CUBILLO – Bilbao – 08/09/2007
Dentro de las celebraciones de su décimo aniversario, el Guggenheim Bilbao ha encargado a Maider López (San Sebastián, 1975) la realización de una acción artística con participación de los Amigos del Museo que lo deseen, como forma de homenajear a este colectivo, que suma 15.600 personas. La artista simulará el próximo 7 de octubre una ampliación del edificio de Frank Gehry, una muestra de arquitectura efímera «concebida para ser vivida, no para ser vista», que permitirá adosar al museo una galería y una pared adicionales.
AdosAdos limita la invitación a un máximo de 1.000 amigos del museo que, en tres actos, portarán y alzarán placas ligeras que imitan el color, el tamaño y los reflejos de las escamas de la conocida piel de titanio de la pinacoteca. En la primera parte se hará aparecer y desaparecer una galería recurriendo a la técnica de la tortuga, una de las maniobras clásicas de las legiones romanas.
Después, los paseos de los participantes con sus láminas permitirán ampliar los límites de la arquitectura y, finalmente, alzarán sus pancartas para alzar una nueva pared.
«Proyecto complejo»
López ha abordado con anterioridad otras acciones artísticas con participación de numerosas personas. Las más destacadas han sido Ataskoa (2005), en que representó un caótico atasco de tráfico en medio del campo, y Playa de Itzurun 2 (2006), la vista de un arenal lleno de bañistas todos con toallas rojas.
«Éste es un proyecto complejo, porque implica involucrar a bastante gente haciendo cosas a la vez», apuntó ayer López en la presentación del nuevo trabajo. «En Playa de Itzurun todos usaban una toalla que yo les ofrecía y a partir de ahí hacían lo que ellos quisieran. En Ataskoa venían, colocaban el coche y participaban en un ambiente festivo. Aquí, sin embargo, además de participar, ellos construyen una estructura arquitectónica más», subrayó. La artista realizará además una serie fotográfica del evento en la que de nuevo jugará con la geometría del paisaje.
Los amigos del museo que quieran participar en proyecto deberán confirmar su participación entre hoy y el 28 de septiembre en los teléfonos 94 435 90 20 o 94 435 90 12 o en la web http://www.gubilbao.com.
– Un ejemplo tan próximo como el proyecto de Frank Ghery en Elciego no encaja con su filosofía.
C.S./LOGROÑO
– Tengo un gran, enorme respeto por Ghery. Me parece uno de los genios del siglo XXI. Pero de la misma manera tengo que decir que en lo hecho en Marqués de Riscal realmente no ha tenido en consideración algo que es mucho más importante que su arquitectura, que es la memoria del tiempo, del paisaje, del paisanaje que estaba en Elciego. Eso no es la ría de Bilbao ni una zona degradada a la que le diera sentido. No, no, no. Ese pueblo es una joya de la arquitectura, con un mensaje maravilloso realizado a través de generaciones y no se puede modificar por una sola intervención.
– Me temo que siendo Ghery quien es las críticas son pocas…
– Nadie, sea quien sea, Ghery u otro, puede hacer eso. Esa arquitectura tiene su espacio. En el paisaje hay que actuar con discreción y equilibrio, que en este caso no se ha producido. Mi obligación moral es decirlo.
– El ejemplo no es el único.
– La arquitectura de los grandes es fantástica, pero en su sitio. El ejemplo de antes se repetirá. Pero el paisaje del vino es más frágil de lo que pensamos. Hay que ir con una gran humildad y poniendo en valor el lugar, no la persona. Eso es un criterio básico. En Elciego había una trama arquitectónica de siglos hecha con una gran discreción que ha generado en sí misma una pura maravilla. Eso, en sí mismo, es una gran historia de ordenamiento del espacio.
Newsweek International
March 26, 2007 issue – It has been more than 20 years since the Prince of Wales blasted a proposed addition to the National Gallery in London as «a monstrous carbuncle on the face of a much-loved friend.» Charles won that battle—the design was scrapped—but he lost the war. While he was railing, the stainless-steel Lloyds Bank building by Richard Rogers began to go up, sleek as an alien spaceship, among the stuffy office buildings in the City of London. And though the prince’s taste might have given a brief boost to the postmodern design of the Thatcher era, the counterinfluence of Rogers and his cutting-edge colleagues, both in Britain and across the Channel, has only continued to grow.
Today that generation of designers has become one of Europe’s most visible exports. Only Frank Gehry, alone among Americans, has had a bigger impact on contemporary architecture than the Europeans—though without the global reach of a Norman Foster, whose staff of 500, headquartered in London, oversees dozens of projects from Kazakhstan to China. Other high-profile Europeans have won big commissions in China, too—among them the 2008 Olympic Stadium by the Swiss team of Herzog & de Meuron, and the huge CCTV building by Rem Koolhaas of the Netherlands. And now Abu Dhabi is luring the leaders of European design, with plans unveiled in January to build an unprecedented cultural district, including buildings by Zaha Hadid of London and Jean Nouvel of Paris, as well as Gehry.
The talent and experience these architects bring to global clients have been honed at home, thanks to the enormous investment Europe has made, and continues to make, in its infrastructure. From airports and train stations (the new Barajas Terminal in Madrid by Rogers or London’s Waterloo Station by Nicholas Grimshaw), to bridges (a number of them lyrically engineered by Santiago Calatrava), to cultural centers (Renzo Piano’s Parco della Musica in Rome or Nouvel’s new Musée du Quai Branly in Paris), the governments of the EU often embrace radical design in a way that’s unimaginable in many parts of the world. And it’s not just that local burghers seem to love buildings that look off the wall, like Foster’s bulbous Greater London Authority or Peter Cook’s blobby blue Kunsthaus in Graz. What’s radical, too, is the adventuresome spirit of European architects, experimenting with technology or new materials—and finding a ready audience.
In contrast to America, young and little-known European designers often have a good chance to win plum commissions through frequent design competitions. (One such competitive program, Europan, is open only to architects under 40.) That’s how Rogers got his first big break. He and his partner at the time, Renzo Piano, beat out 681 architects in 1971 to build their brash and colorful design for the Pompidou Center in Paris. Once a controversial upstart in a crumbling ancient neighborhood, the Pompidou now looks like an old friend, a fine example of new Europe and old, living side by side.
—Cathleen McGuigan
© 2007 Newsweek, Inc.