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AGENCIAS/L. DURÁN. PALMA. El Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA) ha concedido al arquitecto mallorquín Josep Quetglas el Premi Nacional de Arquitectura y Espacio Público, a Francesc Torres, el de Artes Visuales, y a Enric Jardí, el de Diseño.
El jurado, compuesto por 24 personalidades del mundo de la cultura, otorgó el de Arquitectura y Espacio Público a Quetglas (Palma de Mallorca, 1946) por su «incansable investigación y divulgación» sobre Le Corbusier incorporados a Massilia. Annuaire d’etudes corbuséennes y su dilatada trayectoria como crítico de arquitectura.
A juicio del jurado, sus enseñanzas en la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y sus ensayos han permitido «construir una cultura arquitectónica densa y singular basada en el rigor y la permanente exigencia crítica».
Este arquitecto, que es verbo inteligente desde el aula de la Politécnica, ha pasado más años de su vida en Barcelona que en su tierra a la que viene, sobre todo, para dar alguna que otra conferencia. La última precisamente fue a cuento de la exposición que el Col·legi d´Arquitectes de Balears montó en mayo en torno a la visita de Le Corbusier a Mallorca, concretamente en su estancia en el hotel Formentor.
Quetglas descubrió entre los dibujos que el arquitecto frances trazó en Mallorca el del tornavoz de Gaudí para la Catedral de Mallorca, destruido por la Iglesia en los años setenta. «Le Corbusier lo dibujó y apareció en su obra posterior, en un momento en que tenía que construir en La India sobre el podio de un orador», recordó en Palma el ahora Premio Nacional de Arquitectura.
Del creador de Villa Saboya, Josep Quetglas ha dicho: «Es el arquitecto que mejor ha presentado el esfuerzo individual, el estar a la altura de las circunstancias, el enfrentarse a los tiempos en los que toca vivir, como condición, estímulo y objetivo de la existencia humana. Voz personal de un ambiente colectivo. Tratar de comprender a Le Corbusier significa, de algún modo, tratar de comprender lo que puede ser, debe llegar a ser un arquitecto».
El mallorquín ha desplegado su versatilidad teórica no sólo en relación a Le Corbusier. En Palma participó en el Seminario Internacional en torno a Jorn Utzon, un mes antes del fallecimiento del creador de la Opera de Sydney. Asimismo Sáenz de Oíza y sus trabajos sobre Gaudí le han devuelto a una isla que, a juicio de Quetglas, «tiene una arquitectura dominada por el mercado».